miércoles, 22 de agosto de 2007

UN MUNDO DE 20 ASIENTOS















Qué frase tediosa esa que dice "cada casa es un mundo". Es el más odioso eufemismo como para decirte "no te metás, no vas a ser como ellos", como si fueras menos que algo.
Esto viene al caso porque me puse a pensar qué distintos somos todos, por más mínimas coincidencias que tengamos.
Estaba ayer hablando con una gran amiga que vive en el otro hemisferio y a veces me pone mal el hecho de que en el momento que me estoy rascando a dos manos (leve contradicción con lo que dije la vez pasada de "tampoco me rasco tanto", je...) ella está hasta los epiplones de trabajo. Y cuando la que se rasca es ella, yo estoy laburando, pero no tengo Internet en mi laburo (por un lado, menos mal... o sea) como para conectarme. El verano abrasador de ella es el invierno polar mío. Tenemos tres horas de diferencia que se notan y mucho. Mi almuerzo es el desayuno de ella (encima desayunan y almuerzan al mismo tiempo, algo que un hígado como el mío no soportaría). Mientras cena, estoy volviendo a mi casa, ya de trasnoche.
Antes de decirle de todo menos lindo a Greenwich y a la Tierra por no ser cilíndrica y que en el medio este el Sol, es un buen ejemplo para saber que a veces una persona puede pensar casi lo mismo que vos, pero tiene un idioma distinto y una costumbre distinta, pero que no significa que se quede encerrada en ese mundo en el que vive.
Chicos: seamos buenos, abramos la mente. Los colectivos tienen 20 asientos y aunque todos sean iguales, no lo son quienes se sientan.
Hay muchas millas por recorrer.

No hay comentarios: