miércoles, 5 de diciembre de 2007

LA SOLEDAD ES UN AMIGO QUE NO ESTÁ


(o esas cosas que nos gustan tanto que nos acobardan)



Es algo realmente loco, qué querés que te diga. El tipo, gran amigo mío, no sabía como ponerse para que el frío del aire acondicionado le de justo en la espalda. En esa estación de servicio venden buenas ensaladas de frutas. El ventanal grande dejaba ver los autos, las polleritas de jeans, los brazos al descubierto.

"Nunca me pasó que alguien, alguien mujer, pero mujer con todas las letras, me diga "no te puedo ver" o "no puedo seguir viéndote". No por el hecho que hayamos tenido algo, si no por el hecho de no haber tenido nada."Yo lo conozco al chabón. Es un tipo que derrocha amabilidad, muy afectuoso. Pero que ya pasó la etapa de buscar amores imposibles y sufrir por la carrada de "no" que tuvo en su vida sentimental. La edad, sin duda, le sienta bien.
¿Pero te sentís mal por eso? Le pregunto. Me miró con una cara de "mirá lo que me preguntás". No, para nada.

"Yo fui partidario que al amor no se lo busca, sino que se lo encuentra. Y me la pasé topándome con personas que buscan y buscan y buscan. O que encuentran pero tienen miedo. Como que creen que es demasiado bueno para ser cierto y lo dejan ir. Ojo, no es soberbia. Es algo muy raro en mi vida". El tipo ya se bajó toda su ensalada."Te cuento una situación. Con Leo tuve quizá la mejor cama de mis últimos años. Ella hacía lo que yo le decía. Todo, hasta dictarle qué palabras me gustaban en tal momento. Hasta qué anillo en qué dedo. Pero en una de esas tantas horas que estuvimos juntos, al terminar, me clava las uñas en la espalda y se le escapa un llanto contenido. Yo no le dije nada en ese momento. Pasó un mes mas o menos. La fui a ver a su trabajo sabiendo que podíamos hablar tranquilamente ya que su jefe no estaba a esa hora. Me atendió de la puerta, muy secamente. No pasó mas de 20 segundos lo que duró ese encuentro. ¿Qué le hice?, pensé." A esa altura me olvidé de comer mi ensalada."Siguió pasando el tiempo, muchas cosas en mi vida. La vuelvo a ver. Ella fue la que me visitó a mi trabajo. Me abrazó muy fuerte, contenta, se le escapa un beso de esos que nos dábamos pero nada más. Me contó ella que siguió con su pareja y que se sintió remal por cómo me fletó esa última vez que me fui. ¿Se puede saber por qué? le pregunto. Me dice ¿Te acordás esa vez que me contaste de esa chica que nunca más te llamó y se llevaban tan bien? Y yo la miraba sin entender. "Vos generás eso, mi vida" Ahí me descolocó del todo. "No está mal lo que hacés, todo lo contrario. Pero... ¿justo vos?". Y no era que me lo decía con un dejo de ironía. Jamás le ví tanto amor en los ojos a Leo. Ahí fue cuando yo me empecé a preguntar (y al mismo tiempo, responder) por qué. Por qué Fulana me dijo en el messenger "si no fuera que estás tan lejos, los hermosos hijos que hubiéramos tenido...". Por qué Mengana se entusiasma hablándome de su piel y de pronto no me manda más mensajes. Por qué Zutana, en uno de los peores pozos de mi vida me dice "sé que tu amistad la voy a tener siempre, pero me sentiría muy egoísta si algún día te pido algo más". Y así todo."

Y a sus amigas, esas que intuís que tu pareja las pueda ver como una lamentable competencia, las ves en pareja, simulando una sonrisa forzada, de esas personas que no pueden estar solas porque no saben qué es eso y tienen miedo de lo que no conocen.

Mi amigo se casa en dos meses.