FELIZ AÑO PARA TODOS!
El domingo pasado fui a ver Soy leyenda. Peliculón, con climas que más de una película iraní envidiaría. Pero triste. Tan triste como la soledad y no poder remediarla. Tanto como no poder remediarla y llegar a la locura. Tanto como llegar a la locura y caer en las propias redes que uno mismo construyó.
¿Hasta qué punto uno puede volverse mal de la cabeza y enceguecerse a tal punto de buscar en el lugar equivocado y no empezar a encontrar lo que se debería buscar bien? ¿Cómo salir de un cascarón tan duro como nuestra cabeza? ¿Por qué no irse cuando las cosas no dan para más y hay que mirar el horizonte? ¿Por qué no cambiar las cosas? ¿Por qué no parar la pelota, tirarse bajo un árbol y descansar todo lo que se tenga que descansar?
Si uno no tiene la mente fresca no puede enfrentarse a esa realidad que parece inevitable. Sólo parece. Lo bueno es que se puede cambiar para mejor.
Pero primero me echo un sueñito. Después vuelvo.